Hace unos días advertía sobre la peligrosa propaganda que hacen los medios a ETA. Observo también que ocurre con los pirómanos. Asistimos a telediarios cargados de imágenes de fuego, cifras abultadas de superficie quemada, gente desalojada: se magnifica la catástrofe. La catástrofe lleva implícita la dimensión máxima, pero los periodistas están empeñados en agrandarla. ¿Para qué?. ¿Para hundir la moral de los afectados? ¿Para que disfruten a carcajadas los pirómanos? No. Es para llenar horas de telediario. Si no tienen nada que decir, o si los becarios no pueden hacer todo el trabajo, no nos vengan a fabricar una realidad que no es. No hay que rebozar 20 minutos una noticia que se da en uno. Y el periodista de turno, que se mancha la cara como si viniera de Kabul, cantando las habilidades de los que han producido el fuego.
Les voy a dar pistas sobre lo que tendría que investigar un periodista:
- ¿Cuánto dinero se invierte en extinción? ¿Y en prevención invernal?
- ¿Cómo es la descentralización de estas competencias?
- ¿Cuánto se quema en cada comunidad respecto de la superficie arbolada? ¿Y en cada provincia?
- ¿Cuáles son los avances en investigación sobre prevención y detección?
- ¿En qué no han cumplido los políticos?
- ¿A cuántos pirómanos se detiene? ¿Cuántos están en la cárcel o internados? ¿Han cumplido sus penas? ¿Qué jueces les han soltado en caso contrario?
Más información y menos sensacionalismo.
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