Latrocinio en cadena

La producción en cadena fue un gran avance para la reducción de precios a principios del siglo XX. Hoy se utiliza para el latrocinio. Grandes corporaciones encuentran métodos de estafa sofisticadísimos con que flagelar a los ignorantes consumidores. La Casa de Monipodio ha evolucionado de tal manera que se ha pasado de ir el ladrón a tu bolsillo, a ir el ladrón a tu cuenta corriente, para llegar a la máxima sofisticación: que vaya el pringao a casa del chorizo para ser robado.

Este es mi caso: Hace un para de años adquirí una impresora Brother MFC-215C para uso eventual en mi domicilio. Siempre me había sorprendido la velocidad con la que se gastaban los cartuchos de tinta, incluso hubo un verano que se gastaron todos los cartuchos sin apenas uso. El caso es que tenían algo de tinta, pero existe un mecanismo automático de la impresora que inicia un proceso de limpieza que debe gastar la tinta. Claro, que la tinta cuesta unos 40 eurazos. Primera estafa.
Por si esto no hubiera sido suficiente, hace unos días la impresora auto-detecta (véase la ironía más abajo) un error. "Limpieza impos." decía el letrero. Bien, pues me fui a las instrucciones, y repetí una y otra vez los pasos de comprobar que no había atascos de papel, reiniciar la impresora, reiniciar el ordenador, re-instalar los drivers del fabricante, etc. Nada de nada.
Total, que me puse a mirar por Internet y detecté la segunda estafa. Resulta que este tipo de impresoras tiene una especie de cuenta atrás interna que cuando finaliza, produce un mensaje de error que impide usar la impresora, haya error o no. La impresora queda no-operativa aunque no haya avería. ¡Hala! a llevarla al servicio de reparaciones y a gastar 100 euros.

Pues la solución de ese gravísimo error que impedía usar la impresora se arregla pulsando unos códigos en el teclado de la impresora. Gracias a que un buen ciudadano, que debía haber trabajado en esa empresa de Alí Babá, puso en Internet esos códigos y no tuve que ir a que me robasen por una no-reparación de una no-avería.

Hace un tiempo que no creo en la parte mágica de la religión, pero cómo me gustaría que un rayo chamuscase a estos ladrones en cadena.


Atención: no todos los quinquis son analfabetos ni se te aparecen para robarte.