jueves, 4 de junio de 2009

Empacho de publicidad

La publicidad, que los cómicos de Martes y Trece llamaron "publiacidez", ha llegado a invadir nuestra vida hasta el extremo. Los expertos dicen que recibimos unos 3000 impactos (muy ajustado el término) al día, no es posible librarse de ella. Anuncios que envuelven edificios enteros, vallas publicitarias ultramodernas al borde de las carreteras (y de la Ley), cualquier producto que se compre es un mini-anuncio.

El otro día fui a una gasolinera que tenía publicidad en el boquerel de la manguera (que equivale a la junta de la trócola) que escogí para alimentar a mi vehículo , y lo que nunca había visto, un segundo anuncio en un cartelito que pendía de un cordel en la misma manguera. También ví el logotipo del combustible diésel especial, y de camino a pagar ví las marcas de los demás vehículos que estaban repostando, un cartel del centro comercial, un camión con publicidad, la marca de las puertas automáticas, las de las revistas, agua, donuts, chicles. Después la cajera me dijo si tenía tarjetas de fidelización (varias) y también si quería un cupón de la ONCE.... Otro día, en otra gasolinera, me oferecieron flores (para vendérmelas, no por guapo), y un jubilado me hizo una encuesta a la salida. Hágase una pregunta ¿he visto alguna vez un calendario sin publicidad, aparte de los de las agendas?

Imagino un paso más allá, y hago una propuesta de "promoción escatológica" a las futuras huestes de la publicidad. ¿Han pensado en que los "mojones" o detritos humanos en general formen eslóganes una vez nos levantemos del retrete?. Que estudien el posible beneficio de... "Más consistente con cereales cagadur", "Pica menos con chile descafeinado el cuate feliz", "Más rápido con enemas el rayo", "No deje nada con escobillas el derrape", "Más guapo con yogures Coronado, porque nunca el "truño" tuvo más charme".


busque, compare...

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